Tito 1:9 – Retenedor de la palabra fiel, la cual es conforme a la enseñanza de los apóstoles, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que se oponen.

Testimonio de la hermana Mbabazi Mpuga

¡Aleluya por el Cuerpo! Las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia edificada. Verdaderamente hemos experimentado de primera mano este hecho.

Como una santa en la iglesia local en Kampala, puedo testificar que cuando oí a Tim Knoppe hablar sobre un Cristo viviente, me di cuenta que me había estado alimentando de "algarrobas". La primera reunión que asistí fue en la casa de Godwin y Sarah Kihuguru. Yo había llegado de Babilonia y estaba llena de conceptos. Me acuerdo cuando estábamos en el libro de Efesios (1:18) y Tim me preguntó: "¿Cuáles son las riquezas de Cristo?" Sólo conocía el evangelio de la prosperidad pero cuando él no mencionó nada sobre el dinero, yo tenía muchas preguntas. Tim le habló a mi espíritu y el Señor comenzó a quitar mis conceptos. Habían transcurrido cinco horas y sólo habíamos arañado la superficie de las inescrutables riquezas de Cristo, sin embargo, todas mis preguntas se habían evaporado misteriosamente. ¡Alabado sea el Señor!

¡Cuán subjetivo es este Cristo! A medida que asistía a las reuniones, la semilla de Cristo comenzó a crecer, al ser regada por la Palabra. Recibía luz tras luz mientras tomaba del agua viva. Alimentarme de esas palabras saludables era lo que yo necesitaba para enfrentar la tormenta que se avecinaba. Tim y Donna Knoppe fueron un modelo. Donna me animaba para seguir alimentándome de la Palabra. Nunca trataron de manipularnos.

Una vez tuvimos una reunión de servicio. Había tanto que hacer y le pregunté a Tim: "¿Por qué no lo hacemos?". Tim contestó: ¡Quizás no hagamos nada! (...) ¡Quedémonos!" ¡O, Señor Jesús! Esa vida fue infundida en los santos. (...) Sin fuerza, sin manipulación.

De pronto, supimos que Titus Chu venía a Kampala. Tim jamás había mencionado su nombre antes de su llegada. Me preguntaba quién era este Titus Chu. La familia Knoppe nos dijo que él era uno de los hermanos que llevaba la delantera en una de las iglesias locales. Cuando él llegó, se formó un alboroto. Su palabra era la última palabra. Tim Knoppe y Steve Lietzau estaban muy callados lo cual me hizo recordar el sistema clero-laico.

Titus Chu dijo que éramos pocos y que si no éramos cuidadosos nos volveríamos una asociación exclusivista. Esto me causó mucho temor, y me pregunté si íbamos a volver a hacer obras.

El clímax de lo que él dijo quedó grabado vividamente en mi memoria. Una tarde, mi esposo, Sam Mpuga, y yo fuimos invitados a pasar un tiempo con él y su hija. Me preguntó cuál era la profesión de mi padre a lo que contesté que él era ministro de gobierno. Titus me dijo entonces que si él fuera yo, se habría aprovechado de la posición de mi padre para tener una carrera extraordinaria.

Después de su visita, Titus Chu envió a Keith Miller y su esposa a Kampala. Desde el momento en que ellos llegaron su enfoque fue en los recintos. Una vez hablé con un estudiante que había venido a una reunión en nuestra casa. Él se jactaba de que tenía muchas cualidades y que podía atraer a una multitud de personas. Nos dijo también que esa era la razón por la cual Keith los estimaba tanto en la obra en el recinto. Cuando oí esto, supe que había problemas allí. Yo reprendí al hermano y le pregunté que dónde estaba Cristo en toda esa actividad. Me miró sin expresión alguna en su rostro. No había nada de Cristo.

Tim y Donna Knoppe se fueron de viaje. Nunca nos imaginábamos que ellos no regresarían. Cuando nos dieron la noticia que no iban a volver, nos sentimos desolados. Éramos tan tiernos en el Señor, pero habíamos saboreado la vida.

Poco después de esto, Titus Chu y sus colaboradores nos cortaron de la obra que ellos estaban llevando a cabo en Kampala. Para ese tiempo, el Señor nos había mostrado claramente la diferencia entre la vida y la religión. Todavía teníamos los Estudio-vida para alimentarnos y nuestra experiencia nos confirmaba que las puertas del Hades no prevalecerían. Tim Knoppe llegó tiempo después y nos explicó toda la situación. ¡No teníamos ni idea cuán rico era el Cuerpo! Los santos lloraban de gozo al unirnos de nuevo al Cuerpo.

Nosotros, como los santos en la iglesia en Kampala, estamos teniendo un festín con la Palabra, los Estudio-vida, La Palabra santa para el avivamiento matutino y The Ministry Magazine . ¡Alabado sea el Señor porque hay sólo un liderazgo y un ministerio! El Señor nos mostró claramente la diferencia entre la vida y la religión. ¡El Señor nos mostró que aquellos que estaban con nosotros, no estaban con Él!

Lea el testimonio de la hermana Rachel Aderi

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